Traductor

martes, 7 de mayo de 2013

Despedida del Padre Jose Ernesto Ibarra Arana



Despedida del Pbro. José Ernesto Ibarra después de 15 años como párroco de la comunidad


Textos y fotos Pbro. José Ernesto Ibarra Arana


En diciembre 2012 el Arzobispo Monseñor Hugo Barrantes anunció los nuevos nombramientos de párrocos a nivel nacional, dentro de estos cambios se encontraba el de nuestro párroco, el padre José Ernesto.
Por esto la comunidad católica de La Carpio, el día 20 de enero de 2013, quiso realizar una despedida como él merece, la cual dio inicio con la Santa Eucaristía a las 8am hasta aproximadamente las 2 de la tarde. Durante la actividad se mostró el cariño del pueblo hacía su párroco, quien por 15 años estuvo con la comunidad. Hubo muchas lágrimas, pero también buenos deseos para el padre en su nueva parroquia. Ahora la comunidad espera recibir su nuevo párroco.
El padre José Ernesto quiso aprovechar este medio y nos dejó estas palabras presentadas a continuación:
“Después de 15 años de prestar mis servicios sacerdotales como párroco de la Parroquia Santa Catalina de Alejandría y de La Carpio, el señor Arzobispo me ha enviado como cura párroco de la Parroquia de Santa Ana.
Muchos sentimientos afloran en mi mente y corazón en ese momento. De todos los sentimientos considero que el más grande es el de GRATITUD. GRATITUD al Señor por permitirme servirle tanto en Santa Catalina como en La Carpio y GRATITUD a todos aquellos que me permitieron en estos años acompañarlos como párroco y a la vez que enriquecieron con su amistad.
Muchas cosas podría decir en este momento, pero me limito a comentar cinco temas relacionados con La Carpio.
1-      Para mi vida sacerdotal ha sido un enorme regalo del Señor servir en esta comunidad. Como sacerdote con doble nacionalidad: nicaragüense-costarricense el Señor me permitió acompañar de la mejor forma que pude a mis queridos coterráneos y hacer de puente en su segunda patria, por lo menos, la de sus hijos y nietos. Y a la vez ayudar a abrir el corazón de mis queridos hermanos costarricenses a esos nuevos vecinos, compañeros de trabajo y estudio  que el Señor ha permitido traspasen las fronteras buscando un mejor futuro y a la vez enriqueciendo con todos sus dones a este país.
Por encima de los líos del río San Juan, reafirmo que ticos y nicas somos hermanos a quienes nos une la historia, la sangre y la fe.
2-      Doy gracias al Señor en segundo lugar por haber vivido intensamente aquí  en La Carpio el amor de la Virgen Santísima por esta comunidad. Me voy convencido de esa intercesión poderosa de la Inmaculada a quien todo lo que le he pedido a su hijo Jesús, como en las bodas de Cana, (Jn 2, 1-11), me la ha concedido a través de ella.
Dela Inmaculada obtuvimos a las Hermanas Inmaculatinas y tantos favores que le pedí.
Junto a la mesa  de noche de mi cama siempre tuve en estos años una imagen de la Purísima y a sus pies una foto aérea de La Carpio, que un amigo sacerdote piloto me regaló. Al entrar y salir de La Carpio acostumbre bendecir la sencilla pintura de la imagen de la Inmaculada que está a la entrada de la comunidad, pidiéndole a la Madre que fuera esa guardiana que impidiera el paso del mal.
Ahora que me voy, a ella le entrego como siempre el cuidado de La Carpio, que ésta sea su tierra y su casa para la gloria de Dios y para bien de todos.
3-      En tercer lugar agradezco al Señor dejar el “Centro de promoción comunitaria, San Martín de Porres”, esfuerzo de toda la Parroquia y más allá de ella para bien de los niños, las familias y toda la comunidad. E l centro San Martín alcanzó en el 2012 la cifra de 120 niños en su guardería. Lo veo creciendo de la mano de su nuevo párroco de las Hermanas Inmaculatinas.
Estoy convencido que entre más niños tengamos fuera de las calles, expuestos a todos los peligros que les amenazan, tendremos una Carpio más pacífica y serena. No dejemos caer esta obra. ¡Es una obra del Señor!
4-      En cuarto lugar, alabo al Señor porque nos ha permitido en este tiempo abrirle un espacio a los jóvenes de toda la parroquia en los distintos grupos juveniles: Milites Christi, Akáthistos, Magníficat, Juventud Misionera San Juan Apóstol, grupo Cocibolca y Pastoral del Deporte.
Descubro en todos ellos, la esperanza de la iglesia y de la sociedad. Jóvenes valiosos llenos de deseos de vivir y de servir, orgullo de su familia y su comunidad.
A San José le agradezco su inspiración como padre adoptivo del adolescente Jesús. En cada uno de estos jóvenes varones y mujeres sigo viendo el rostro del Señor Jesús que nos pide ayudarle en su crecimiento integral.
¡Jóvenes, ustedes tienen una gran riqueza que compartir! No caigan en la trampa de los vicios y del libertinaje sexual. Sus deseos auténticos de ser feliz sólo en el Señor  Jesús, Camino, Verdad y Vida, los encontraran.
5-      Por último, le doy gracias a Dios haber podido ser parte de esta pequeña sociedad tan diversa e intensa que es La Carpio, con su diversidad de grupos, familia y sensibilidades.
Es una riqueza para la ciudad de San José este rinconcito asentado en un terreno firme, prácticamente una “Roca” ¡Cuanta vida en este barrio populoso! ¡Cuantos deseos de surgir y luchar!
Los noticieros subrayan los crímenes, yo en estos momentos de despedida subrayo sus buses repletos de gente trabajadora aportando al desarrollo de toda la ciudad. En mi corazón queda grabada esta comunidad a quien quise con alma, vida y corazón y a quien al despedirme le digo parafraseando el salmo 125 “Los que sembraban con lágrimas, pronto cosecharán entre cantares” ¡Dios y María Santísima los guarden!”

Pbro. José Ernesto Ibarra Arana

No hay comentarios:

Publicar un comentario